Hay días en los que te sientes inflamada, cansada, con la piel apagada o sin energía… y piensas: “¿qué me pasa si estoy comiendo bien?”
Tal vez tu cuerpo te está hablando más fuerte de lo que imaginas.
Tu intestino es como una gran puerta: deja pasar lo que nutre y bloquea lo que no sirve.
Pero cuando esa puerta se abre de más —por estrés, por comer apurado, por exceso de azúcar, por medicamentos o simplemente por no escucharte—, comienzan a filtrarse cosas que no deberían.
Y ahí aparece el famoso intestino permeable.
¿El resultado?
Inflamación, molestias digestivas, cambios en la piel, alergias, ansiedad, bajones de ánimo, cansancio…
Y aunque los exámenes digan que “todo está bien”, tú sabes que algo no lo está.
Tu cuerpo no está fallando. Está pidiendo que lo escuches, que lo cuides, que lo alimentes con amor.
Sanar el intestino no se trata solo de lo que comes.
También se trata de cómo vives, cómo duermes, cómo gestionas tus emociones y qué tanto te permites descansar.
Porque cuando el cuerpo se siente seguro… empieza a sanar.
🌸 Así que si vienes sintiéndote diferente, escúchate.
Tu cuerpo siempre tiene algo que decirte, y aprender a entenderlo es el primer paso para volver a sentirte bien.
✨ Si sientes que este mensaje es para ti, acompáñame en este camino de sanación y bienestar.
Te enseño cómo reconectar con tu cuerpo y devolverle el equilibrio que merece.
